El melanoma representa únicamente el 1% de los casos de cáncer de piel, pero causa la gran mayoría de las muertes por este tipo de cáncer.
El melanoma es un cáncer de piel que surge cuando los melanocitos se convierten en células malignas. Cuando esta enfermedad alcanza fases avanzadas, puede propagarse hacia otros órganos del cuerpo, llegando a ser mortal.
Cuando la piel se expone al sol, los melanocitos producen más melanina como forma de defensa contra la acción de los rayos ultravioleta (UV). Los nevus comúnmente se les conoce como lunares o pecas aparecen cuando los melanocitos crecen en grupo. Una persona suele tener entre 10 y 40.
Estos se clasifican en dos grupos: nevus congénitos, que pueden ser de nacimiento o aparecer con los años; y nevus adquiridos, que se desarrollan a partir del año de nacimiento y pueden ser típicos o atípicos. Cuando los melanocitos se multiplican en ocasiones se extienden a otras partes del organismo.
Según la Academia Estadounidense de Dermatología (American Academy of Dermatology, AAD), basados en estudios realizados en Estados Unidos, una de cada cinco personas desarrollará algún tipo de cáncer de piel durante su vida.
Factores de Riesgo.
Existe ciertos factores que aumentan el riesgo de padecer un melanoma, y éstos determinan que existan grupos de personas con mayor probabilidad de desarrollarlo. De estos factores se destacan los siguientes:
- Tener la piel o el pelo claros.
- Pieles muy sensibles o que se queman muy rápido ante la exposición al sol.
- Presencia de nevus congénitos o de nevus atípicos
- Presencia de nevus en una cantidad superior a 40.
- Tener antecedentes familiares de nevus atípicos, de melanoma o de ambas cosas.
- Haber estado expuesto muchas horas a rayos ultravioleta (sol, UVB, UVA) aunque tenga la piel totalmente bronceada.
- Haber sufrido una o más quemaduras severas por el sol, especialmente si se han producido en la infancia, pues el efecto de la irradiación solar es acumulativo.
Los Desencadenantes: La Herencia, los Rayos del Sol y el Bronceado
La herencia juega un papel tan importante en el melanoma que se ha acuñado el término “melanoma familiar”. El riesgo es mayor si un pariente próximo (madre, padre, hermano o hijo) padece melanoma.
No obstante, a menudo el melanoma está provocado por una exposición intensa e intermitente a los rayos del sol, que puede llegar a provocarnos quemaduras. ¿Por qué se ha triplicado el número de casos durante los últimos 20 años? Ahora realizamos más actividades al aire libre que en el pasado y llevamos menos ropa. Y lo que es peor, más de un millón de norteamericanos visitan salas de bronceado cada día, y los rayos ultravioleta A y B que emiten son extremadamente perjudiciales.
Métodos de Prevención.
En muchos casos de cánceres de piel, incluyendo los melanomas, pueden curarse casi siempre si se descubren y tratan en etapa temprana, podemos hasta evitarlos desde un principio, dependiendo de cada caso.
A continuación, presentamos algunas prácticas de seguridad muy útiles para usted:
- Evitar el bronceado y las camas de bronceado UV.
- Buscar la sombra, sobre todo, entre las 10 AM y 4 PM.
- Cubrirse con ropa, incluido un sombrero de ala ancha y gafas de sol para protección de rayos UV.
- Aplicarse, cada día, crema solar de amplio espectro (UVA / UVB) con un factor de protección (SPF) igual o superior a 15.
- Mantener a los recién nacidos alejados del sol. Las cremas solares solo pueden aplicarse a niños de más de 6 meses de vida.
- Realizar, cada mes, un autoanálisis de nuestra piel, de la cabeza a los pies.
- Acudir al doctor cada año para realizar un chequeo médico profesional del estado de nuestra piel.
Para una máxima protección contra el sol, no confíes únicamente en el protector solar o en la ropa, sino en evitar exponerse a la luz directa del sol durante las horas cuando los rayos son más fuertes. Al salir a algún lugar que no ofrece mucha sombra, llevar una sombrilla que le sirva de escudo contra el sol. Además, empacar un sombrero y unas gafas de sol para los adultos y los niños.